Normalmente, cuando las temperaturas son elevadas, los animales buscan, instintivamente un lugar fresco. Los toldos Stobag ofrecen, tanto a los dueños como a los bípedos y a los cuadrúpedos, una sombra cómoda y fresca. Equipe su toldo con un automatismo de Stobag. Este sensor extenderá su producto antes de que se caliente la terraza, incluso cuando esté dando un paseo.

 

 

¿En qué se diferencia el golpe de calor de la insolación?
El golpe de calor se trata de un verdadero sobrecalentamiento de todo el organismo. Bajo los efectos de las altas temperaturas, el cuerpo no consigue expulsar el calor generado en exceso en el tiempo más corto. Al contrario de nosotros, nuestras mascotas cuentan con la especial desventaja de que no pueden ceder el calor sobrante por toda la superficie de su cuerpo gracias al sudor. Para ello, solamente cuentan con las glándulas sudoríparas de las patas y con el jadeo. Otros factores desfavorables son la edad y el esfuerzo corporal o la excitación. Los animales muy jóvenes, sin una regulación térmica que funcione adecuadamente y las razas de perros muy pequeños están especialmente expuestos. También se debe prestar especial atención a los pájaros o conejos cuyas jaulas se encuentren al sol y que, por lo tanto, no tengan posibilidad alguna de escapar del calor. Las pequeñas casitas de las mascotas no ofrecen la suficiente protección.

 

 

El riesgo de sufrir un golpe de calor aumenta cuando se realizan esfuerzos corporales con elevadas temperaturas externas.
El jadear, salivar y sudar extraen del cuerpo gran cantidad de líquidos. Si esta pérdida no se compensa bebiendo, se aumenta adicionalmente la carga a la que se somete la circulación sanguínea. Para garantizar el riego sanguíneo de los órganos principales, el cuerpo reduce la circulación sanguínea en la piel, con la fatal consecuencia de que se reduce, aún más, el calor residual que se puede desprender. Si el organismo se mantiene sobrecalentado, se puede producir un golpe de calor. Este se puede manifestar de diferentes maneras: además de mostrarse la piel caliente y seca, pueden producirse convulsiones, fiebre elevada, respiración superficial irregular, vómitos, apatía e, incluso, una pérdida del conocimiento.

 

 

La insolación se produce como consecuencia de la incidencia directa de los rayos del sol sobre la cabeza y el cuello.
Se produce en el cerebro una acumulación térmica. Comparado con el golpe de calor, en los animales la incidencia de la insolación es rara ya que tienen la cabeza y el cuerpo cubiertos de pelo. Sin embargo, cuando se exponen durante largo tiempo a un sol fuerte, pueden sufrir una insolación. Los síntomas se asimilan a los del golpe de calor.

 

 

En caso de sospecharse que pueda producirse una insolación o golpe de calor, hay que proceder retirando inmediatamente al animal a la sombra o a un espacio fresco, mojarle con agua fría o colocarle compresas frías sobre la cabeza y la garganta. Según el estado del animal, será necesario llevarlo rápidamente al veterinario (cuidado al realizar el transporte si hace mucho calor en el coche). El veterinario intentará salvar a su mascota administrándole medicamentos de emergencia e infusiones.

 

 

En los días calurosos deberá considerar lo siguiente:

• En el verano, no exponer el animal al sol ni atarle al sol (¡prestar atención al desplazamiento del sol)
• Planifique su sombra en línea: simulador-de-sombra
• Realizar los paseos largos durante las horas frescas de la mañana y de la tarde.
• Evitar someter al animal a esfuerzos físicos.
• Darle de beber líquido suficiente.
• La apatía, temblores, convulsiones, la rápida respiración y vómitos pueden ser indicadores de un golpe de calor. Moje el animal con agua fría o coloque compresas frías sobre la cabeza y la garganta y acúdase a un veterinario inmediatamente.